La Achirana del Inca

Conmovido por el desinterés y honeswtidad de la doncella, el Inca quizo plasmar su admiración y cariño concediendola cualquier deseo. La joven le pidió de rodillas agua para sus tierras mientras besaba el manto del Inca.
Pachacútec prosiguió su camino triunfal en su anda de oro, pero sus 40 mil hombres se quedaron 10 dias para cumplir con la promesa: Abrir el cauce que llevaría agua hasta Tate.
Aquella achirana quedaría como homenaje al sentimiento de un poderoso soberano doblegado por una doncella.
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